Posteado por: amartinoro | febrero 16, 2011

¿Qué le aporta a un economista neoclásico la Escuela Austriaca?

En el blog Punto de Vista Económico se plantean si el enfoque austriaco y el neoclásico son sustitutos o complementarios. Como en otros aspectos, aquí hay posturas divergentes. Alguno considera que la economía neoclásica es válida, y que es especialmente útil para la predicción; mientras que la economía austriaca presenta un mayor fundamento filosófico y antropológico a las teorías económicas, y aporta una mayor comprensión a los fenómenos económicos.

En los comentarios del post, Gabriel Zanotti hace un planteamiento realmente interesante que merece la pena hacerse:

¿qué motivos intelectuales tendría un buen economista neoclásico, partidario del mercado libre, para volverse más austríaco?

Creo que merece la pena leer todo su comentario, pero copio algunas de sus líneas:

¿Que los modelos neoclásicos NO son realistas? Lo puede contestar con Friedman.
¿Que el intervencionista llama a la acción del gobierno precisamente para acercar el mercado real a la competencia perfecta? Lo puede contestar con Public Choice, donde el estado falla más que el mercado.¿El artículo Economics and Knowledge de Hayek? Ya lo tiene incorpodado con los modelos de información incompleta.
¿Que el mercado no es equilibrio sino proceso? Nadie lo niega, los modelos pueden incorporar todas las expresiones asintóticas que se quieran.
¿La teoría del cálculo económico? Otro excelente aporte; los socialistas de cátedra que contestaron desde modelos de competencia perfecta ignoraron que el mundo real es más complejo como decía Hayek y eso es todo.

Precisamente hoy Jesús Fernández Villaverde ha escrito un muy interesante artículo comentando el artículo de Hayek The Use of Knowledge in Society (AER, 1945), el contexto en el que surge, y las influencias que tuvo en economistas neoclásicos que se inspiraron en algunas de sus ideas para llevarlas a modelos matemáticos. Hasta qué punto, y de qué manera, las ideas de Hayek se han plasmado en estos modelos, es una cuestión que podría dar que hablar. Pero ahí están esas innovaciones teóricas inspiradas en el autor austriaco.

En relación a esto, y defendiendo la formalización matemática, un economista neoclásico ya conocido por los lectores de este blog por esto y esto, me escribe unos párrafos que merece la pena considerar y reflexionar sobre ellos:

Fíjate que aunque es cierto que los economistas matemáticos de mediados del siglo XX que desarrollaron el corpus analítico de la economía que llamáis «mainstream», como Samuelson, Arrow, Hicks, Solow, etc. efectivamente tenían con toda probabilidad agendas ocultas nada liberales y cercanas a la ingeniería social zurdocéntrica (dados los tiempos que corrían, claro está), sus modelos matemáticos terminaron dando la razón (aunque matizada) en buena medida a Hayek y los economistas liberales menos formalistas, aunque sin proponérselo. Por ejemplo:

1). El intento de P. Samuelson de rescatar el papel del sector público y la planificación central con la teoría de los bienes públicos clarificó los problemas de provisión especificos de tales bienes y servicios y puso de relieve los fallos del gobierno. Los intentos de Lindhal (los «precios de Lindhal») para «salvar» el papel del estado en su provisión se vieron ridiculizados posteriormente por la nueva teoría de incentivos. A su vez, el tratamiento pigouviano de las externalidades fue puesto en cuestión por la interpretación en términos de derechos de propiedad de R. Coase.

2). El intento de K. Arrow por diseñar matemáticamente una máquina planificadora que agregara las preferencias individuales (algo extremadamente antiliberal, por cierto..) dió como resultado su propio teorema de imposibilidad y puso de relieve el problema de la revelación de las preferencias, que también se mostraría irresoluble por Hurwicz primero y más generalmente por Gibbard y Satterthwaite en los 70. Los futuros intentos de «arreglar» las cosas hacia la ingeniería social y que junto con la tª de juegos dieron lugar a la disciplina del diseño de mecanismos prorrogaron agónicamente la bandera de la ingeniería social en el plano teórico (en el práctico la caída del muro de Berlín fue inapelable, claro está..) hasta caer finalmente en el nuevo siglo abatida por el inesperado enemigo de la economía experimental.

3). Los elegantes teoremas del Bienestar que a partir del trabajo seminal de G. Debreu generalizó el mismo Arrow en Equilibrio General (y su extensión a los mercados con incertidumbre) acabaron conformando la primera y más sólida línea de artillería de la defensa liberal de los mercados libres. Incluso el sospechoso segundo teorema del Bienestar se demostró inútil ante la imposibilidad de redistribuir inicialmente los recursos sin mengua de los mismos. Además, muy pronto surgió la teoría de la información asimétrica que también le arreó lo suyo a la idea de que los mercados competitivos libres siempre son eficientes. El tratamiento de la información en economía en la actualidad (tras los trabajos de Stiglitz, Akerloff, Spence, Grossman, etc.) es enormemente variado y sofisticado, y tan matizado que revela flaquezas tanto del mercado como de la planificación, con sorprendente capacidad predictiva, por ejemplo, en el mundo de la empresa.

4). El desarrollo de la teoría de juegos en los años 40 (sobre todo la cooperativa) también puede interpretarse como un intento de refundar la ingeniería social sobre otras bases matemáticas, pero acabó llegando a un camino sin salida y ahora se está convirtiendo poco a poco en el esqueleto aglutinador de las ciencias sociales con las naturales (algo completamente inesperado, por otro lado).

5). La sistematización formal de Hicks de la confusa macroeconomía keynesiana tuvo mejor suerte entre los ingenieros sociales de las socialdemocracias de la posguerra mundial, pero al hacer hipótesis testables, acabó cayendo por el peso de la evidencia en contra a partir de la crisis del petróleo de los 70 y las nuevas teorías monetariastas y de expectativas racionales.

La conclusión que saco de todo esto es que los esfuerzos científicos hacia la formalización en todos los ámbitos clarificaron los conceptos y variables e hicieron susceptible de crítica y contrastación la ciencia económica, y se ha acabado demostrando que las agendas políticas ocultas de cualquier tipo al final no pueden sojuzgar a la ciencia, que tarde o temprano acaba poniendo a todas las teorías en el sitio que les corresponde.


Respuestas

  1. Amartinoro:

    Supongo que conocerás este artículo de Brian Caplan. Qué te parece?

    http://econfaculty.gmu.edu/bcaplan/whyaust.htm

    Love and Freedom.

    • Hola borjabrela:
      Sí conozco el artículo de Caplan, pero sinceramente no lo he llegado a leer entero, solo algunos trozos. Ha dado lugar a un debate bastante largo entre defensores de la teoría austriaca y Caplan. Si tienes interés te puedo dar alguna referencia.

      Varias de las cosas que leí no me convencieron, como su crítica a la teoría austriaca del ciclo. Sobre los puntos de metodología, matemáticas y econometría, tengo media docena de posts en el blog. Puedes empezar por este: https://amartinoro.wordpress.com/2010/01/10/econometria-y-escuela-austriaca-parte-1/

  2. No se mucho de economia. Pero no creo que sean teorías complementarias. La diferencia no puede buscarse en detalles como esa lista de Zanotti. Nunca los austriacos han afirmado que los economistas neoclásicos sean tontos, solo que estaban equivocados. Si los neoclasicos son gente inteligente, y lo son, sin ninguna duda, no es posible que se equivoquen perpetuamente, al fin y al cabo la realidad es una sola.

    Yo soy matemático y por ende… austriaco. La diferencia que veo entre estas teorias economicas no creo debe buscarse en resultados especificos. Hay una diferencia abismal en el modo de considerar el objeto de estudio. Para volverse más austrico un economista neoclasico a lo que debe renunciar es a su confianza en sus herramientas y volverse más humilde respecto a la realidad que estudia. Porque dentro de todo economista neoclasico hay un aspirante a dictador con ínfulas de arquitecto social.

    Un economista neoclásico para volverse «más austrico» como minimo tendría que cumplir con estas dos condiciones:
    a) Siempre tendria que declarar que su numerologia (la cual, a mi al menos, no me impresiona lo mínimo) se refiere a su propia interpretación de un modelo y no a la realidad. Y hacerlo además de manera explicita, con notas al margen, a pie de página y grandes etiquetas diciendo WARNING!!!.
    b)En cada ocasión que usara ese término tan bueno para todo de «fallo del mercado» se obligaria a sí mismo a escribir 50 veces en una pizarra alguna fábula moralizante de la clase del rey que tenia un sirviente que le dijera «Soy mortal». Los versitos de «Maria tenia una ovejita» también pueden valer.

    • Gracias por tu aporte.
      De acuerdo con que las diferencias entre un enfoque y otro son más profundas que resultados específicos, y tienen que ver con el objeto de estudio.

      ¿Podrías explicar un poco esta frase: «Yo soy matemático y por ende… austriaco»? Hay matemáticos metidos en el campo de la economía que no comulgan con los austriacos…

      «Para volverse más austrico un economista neoclasico a lo que debe renunciar es a su confianza en sus herramientas y volverse más humilde respecto a la realidad que estudia.»
      También podría argumentarse desde el otro lado que los austriacos tienen excesiva confianza en su metodología apriorística y la derivación de teorías universales. Los neoclásicos en cambio, al menos en principio, lanzan unas hipótesis plausibles que luego tratan de contrastar (al margen de las limitaciones que esto pueda tener).

      «dentro de todo economista neoclasico hay un aspirante a dictador con ínfulas de arquitecto social.»
      Me parece una afirmación arriesgada… ahí tienes a economistas neoclásicos liberales, como el caso que presento en el post.

      • «Hay matemáticos metidos en el campo de la economía que no comulgan con los austriacos»
        En primer lugar hay que decir que los matémáticos como «tribu» estamos tan desinformados sobre economía como otra persona cualquiera. Eso incluye a los matemáticos que se dedican a la economía neoclásica, sin excluir a los geniales.
        Pero sí tenemos algo en común, ( y pido perdón por los autoelogios) y que nos separa de quienes invocan las matemáticas: los matemáticos tienen mucha menos fe en las matemáticas. Primero porque saben que siempre están a un paso del autoengaño. Amamos las matemáticas pero no le atribuimos ningún caracter místico ni sus afirmaciones las tomamos como «Verdades». Lewis Carroll en una de las Alicias habla de una canción, de como se llama la canción, del título de la canción y de como se llama el título. Este modo de pensar acerca de los modelos es el habitual. Frente a una afirmación «tenemos una demostración matemática» cualquier matematico le agregará, (aunque no lo diga), «dentro de las matemáticas». Pero no la aceptará como «verdad» en el sentido vulgar del término, igual que nadie aceptará de un empresario: «He logrado que la empresa tenga beneficios, pero sólo en Excel»

        En el no comulgar con la economía austrica influye que la mayoría de los empleos para matemáticos son estatales. De ninguna manera eso significa que son «opiniones compradas». Más bien es que lo que nos interesa es que nos dejen paz para hacer matemáticas. Y este asunto realmente no preocupa demasiado, no hay razón para ello. Es también un motivo por el que es más fácil hallar matematicos ocupados en economia neoclasica porque ¿que podrían hacer fuera de allí? Mi interés por este asunto es bastante fortuito y por razones personales, no «matemáticas».
        A riesgo de aburrir, pondré un ejemplo. Es bastante fácil demostrar la consistencia de la geometria de Lobachevski dentro de la geometria euclidiana. Usando la inversión y llamando «recta» a los semicírculos de un semiplano se puede probar la consistencia de la geomtría hiperbolica. Esto es posible si consideramos que una «recta» es un tipo de objeto y como se relaciona con otros, no una definición de la clase: «Lo que se dibuja en el papel cuando uso una regla». Esa separación entre «realidad», «modelo» e «interpretación», que en las matemáticas siempre es clara, en economia neoclasica apenas existe. En muchas afirmaciones aparecen hipótesis hundidas que se desprecian porque son «obvias». Quizás sean válidas, pero obvias no lo son. Ejemplo ¿Por qué un modelo económico se desarrollan considerando ecuaciones del campo real? ¿Porque es más «barato»? ¿Y por que no tomar un grupo topologico en lugar de un álgebra de Banach? Si nada en las hipótesis IMPLICA un álgebra de Banach ¿Por qué asumirla? Y la respuesta usual es que eso no llevaria a ningun resultado útil, lo que puede ser cierto, pero a mi suena a la definición de recta de «aquello que hacemos con una regla»

        Esa «desconfianza» de los matemáticos hacia las matemáticas (que no está reñida con amarla), el ver sus herramientas como un carpintero a un martillo y nunca como un fetiche, está ausente en la economía neoclásica (no solo allí, por desgracia, basta mirar un tema como el «calentamiento globla»).
        Yo desconfío profundamente de la fetichización de las matemáticas y no estoy solo en ese sentimiento.
        Nota (Robert Nozick escribió sobre el sesgo pro estatalista de los intelectuales «hacedores de palabras»)

        Sobre los otros dos puntos:
        «los austriacos tienen excesiva confianza en su metodología apriorística»
        y
        Mi «afirmación arriesgada» «dentro de todo economista neoclasico hay un aspirante a dictador con ínfulas de arquitecto social.»

        Las afirmaciones neclásicas son como una parodia de Groucho Marx:
        «Aquí tenemos un resultado y si no funciona tenemos otro»

        El método apriorístico de la economia autriaca es una salvaguarda a esas piruetas intelectuales.
        Sobre un asunto cualquiera la economía autriaca, ni siquiera puede garantizar que hallarán una solución. Es esencialmente auto-limitada. A diferencia de la neoclásica que puede afirmar siempre que tendrán una solución. Y nada garantiza que esa solución no implique ingenieria social, depende de lo buen intencionado o liberticida que sea el economista que nos toque. Nada en su marco teórico impide que ocurra.

        Zanotti, con mucha generosidad habla de asintotas. ¿Pueden sustituir la idea de procesos dinámicos?

        Digamos que un grupo de personas tengan sus viviendas donde podría construirse una hidroeléctrica muy ventajosa bla bla bla. Desde el punto de vista neoclásico es un mero accidente que estas personas sean propietarios de esas viviendas. Si les expropiamos y recompensamos generosamente llegamos a una situación «pareto óptima» en relación a la de partida. Una gran ganancia cotra una insignificante o inexistente pérdida. Ni siquiera es necesario indemnizarles. Podríamos ejecutarlos y aun así considerar que se ha corregido un «fallo del mercado»: la desafortunada casualidad que relacionaba esas personas con esas viviendas. Y ahora colocamos variables asintóticas sobre el desplazamiento en la sociedad hacia conductas cortoplacistas inspiradas en el miedo a ser expropiado por algún otro fallo del mercado y simplificamos esas tendencias con la satisfacción de energía más barata y un sitio donde tirarse fotos porque la presa se ve hermosísima.

        Es imposible llegar a una conclusión semejante dentro de la economia austrica, por muy mal intencionado que pretenda ser el economista.
        La economía neoclásica no ofrece esa seguridad.

        El método austriaco no garantiza el éxito, tampoco lo promete de un modo, digamos «fuerte». Y no excluye la existencia de otras herrramientas para conocer al hombre.
        Si cuando dices «excesiva confianza» te refieres a algo como «si está dentro de la economia austriaca vale y si no, no vale» eso es un hombre de paja. Si algún austriaco lo sustenta la respuesta es fácil: está equivocado. Yo además creo que la teoria austriaca carece de una clarificación exhaustiva sobre los límites de su objeto de estudio. No tiene nada de raro, en muchas areas pasa igual. Las matemáticas tuvieron que esperar hasta el siglo XX por un concepto preciso de «numero».

        uuuf! qué largo ha quedado esto, sorry

      • Yo también soy matemático. Te enseñan a ser escéptico con las fórmulas y teoremas, se demuestra todo concienzudamente para que nos lo creamos. Un matemático que ha aprendido eso, o acostumbrado a eso, al abrir un libro de economía matemática ve una gran falta de rigor y le puede mosquear el uso de las matemáticas con tan poco cuidado (no en la parte de operaciones, sino en la conceptual). A mí también me llamó fuertemente la atención la escuela austríaca cuando empecé a leerla, aunque no tiene por qué ser una reacción generalizada.

  3. Hola, Ángel.
    No te conocía y acabo de llegar a este texto por el URL que ha puesto Jesús F-V en su artículo sobre el de Hayek en 1945. Un excelente y equilibrado trabajo de Jesús en mi opinión.
    Tus comentarios me parecen igualmente correctos. Comencé mi carrera hace muchos años en modelos cuantitativos en la linea de Forrester. Fuera de España. Muy pronto pasó la moda cuantitativa-controladora en el mundo de la empresa para reconocer una realidad muy resitente y reacia a dejarse aprehender. Las estrategias empresariales optaron por aceptar el mundo y la gente tal como es y trataron de sacarle partido usando los juegos y la modelización en entornos muy limitados.
    La economía mainstream ha continuado por el camino matemático holístico y jugando el juego que los gobiernos necesitan y por eso creo que el artículo de Jesús es muy positivo.
    Esto está muy crudo y las dificultades son enormes para articular alternativas al desastre imperante. Es cierto que hay algún progreso en la percepción de lo que no funciona pero ni siquiera se vislumbra una alternativa aceptable para el establishment y que pueda florecer antes de ser cortada de raíz.

    Saludos

    • Hola Manu, encantado, bienvenido al blog y espero que lo sigas visitando. Suelo leer tus comentarios en Nada es Gratis. Interesante tu trayectoria.
      Estoy de acuerdo con tu comentario…

      Saludos

  4. Una cosita, para continuar la polémica. Es verdad que muchos economistas neoclásicos justificaron el intervencionismo dado sus propios modelos. Pero a Friedman no le sucedió. ¿Por qué?

    • Realmente creo que Friedman sirvió de base para hacer lo mismo que con Keynes pero con las herramientas disponibles en cada época.
      El uso masivo de la política monetaria, la ingeniería financiera posiblitada por leyes y reglamentos ad-hoc van adquiriendo todo su esplendor a partir de la época de Friedman del mismo modo que se siguió incrementando el gasto, la intervención pública y el tamaño del estado a pesar de las declaraciones, pancartas y titulares.

      Basta echar una ojeada a nuestro IBEX 35 para ver donde se esconde la parte oculte del iceberg.

      Saludos

    • Realmente me parece una cuestión difícil de contestar… No me atrevo a lanzar ninguna hipótesis.

    • Milton Friedman era un planificador central en teoría monetaria, como muy bien te ha respondido Manu Oquendo.

      También hay que decir que hay videos del final de su vida donde se arrepentía y pedía que se cerrara la Reserva Federal.

    • Yo pienso que es porque las personas importan. El marco teórico de la economía neoclasica permite desarrollos estatalistas. Friedman, salvando algunas inconsistencias, nos dice que no los fuerza.
      ¿Por qué Vargas Llosa está tan lejos politicamente de otros escritores?

    • Además de la estabilización del nivel de precios está la justificación de los cambios flexibles y nacionalismo monetario, que combinadas dan una verdadera bomba de relojería. Para que Nixon justificara la flotación del dólar necesitaba el apoyo de la nueva ciencia… y no olvidemos la influencia sobre el FMI. Más bien pienso lo contrario, que su «ciencia» se ha utilizado demasiado.

  5. Ante la pregunta de Gabriel, de por qué Friedman, a pesar del uso de la matemática, no fue estatista, mi respuesta es que el método sirve para argumentar cualquier cosa. Los supuestos irreales te permiten simular un punto de partida, que te lleve a los resultados que quieras obtener. De ahí que hasta el socialismo parece viable.
    Pienso que el desafío que los economistas deben enfrentar antes esta crisis de la ciencia económica, es que busquen un poco más de realismo en su punto de partida. Y es ahí donde la Escuela Austríaca tiene mucho que decir. Pero no sólo la Escuela Austríaca. También Marx, también Keynes, también la economía social de mercado y en alguna medida Douglass North y Buchanan.

    • Adrián, te sugiero que vuelvas a leer los comentarios de mi profesor y reflexiones sobre su punto de que tarde o temprano la economía matemática acabó dando gran parte de la razón a las ideas liberales…


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